Quite el óxido por completo (la lana de alambre o incluso el equivalente de plástico funcionará) y vuelva a condimentar ligeramente (una fina capa de aceite, luego cocínelo en la estufa; no necesita un condimento "real", que simplemente poner en peligro su interior si ya está bien).
Entonces, no dependa del condimento para proteger la sartén. Siempre séquelo bien antes de guardarlo (séquelo con cuidado y luego déle unos segundos al calor para estar 100% seguro) y asegúrese de que el lugar donde está sentado también esté siempre seco. Puede considerar colocarlo sobre una toalla de papel u otra superficie absorbente si siente que el lugar donde lo almacena no puede mantenerse lo suficientemente seco, o si lo almacena en una superficie de metal (para eliminar la posibilidad de que la acción galvánica cause El óxido).
Si nunca deja agua en contacto con su sartén y evita que entre en contacto con el metal expuesto, no se oxidará en el uso normal. Un poco de condimento es una pequeña póliza de seguro, pero como has visto, no es suficiente por sí sola.