Su maestro tiene razón: el acondicionamiento aeróbico es específico y la práctica de correr lo convertirá en un mejor corredor, pero no necesariamente hará mucho por su natación. Por un lado, correr no te ayuda a adaptarte de manera más eficiente a los movimientos que requiere la natación. Además, la aptitud cardiovascular es específica a nivel celular; No es una cosa sistémica según la sabiduría convencional.
Body By Science (p. 40) informa sobre un estudio destacado:
En 1976 se realizó un elegante estudio en el que los experimentadores reclutaron a trece sujetos y los entrenaron en una bicicleta estacionaria. Sin embargo, les hicieron entrenar solo una pierna; la otra pierna no estaba entrenada en absoluto. La pierna entrenada empleó un protocolo de sprint y / o de resistencia (estado estacionario). Los sujetos realizaron cuatro o cinco de estos entrenamientos por semana durante cuatro semanas. Después del estudio, cuando los investigadores probaron el VO2 máx de los sujetos al hacerles ejercicio con la extremidad entrenada, notaron un aumento en el VO2 max del 23 por ciento. Se suponía que este ejercicio de baja intensidad y estado estable produciría una adaptación cardiovascular central, pero cuando los experimentadores probaron las piernas no entrenadas de los sujetos, descubrieron que las extremidades no entrenadas no mostraron ninguna mejora en el VO2 máx.
(Estudio: B. Saltin, et al., "The Nature of the Training Response: Peripheral and Central Adaptations of One-Legged Exercise," Acta Physiologica Scandinavica 96, no. 3 (marzo de 1976): 289-305.)
Esto también habla del hecho de que si elige correr como su ejercicio, cualquier mejora en su VO2 max se limitará a sus piernas para la actividad de correr. No tiene una adaptación central, ya que los músculos de su tronco y brazos no se verán afectados en gran medida, y el efecto no será transferible a ninguna otra modalidad de ejercicio.
Mi consejo para ti: si quieres construir natación de resistencia, nada más.