Cheddars más suaves son para derretir. Se acostumbran a cosas como sándwiches de queso a la parrilla, rallados en chile, nachos o quesadillas. En estos usos, no necesitan el sabor con cuerpo de un queso cheddar fuerte, pero sí necesitan fundirse en una delicia suave, pegajosa y cremosa.
Los cheddars más afilados son para dar sabor. Comúnmente los veo en sándwiches, macarrones con queso, ensaladas y como parte de tablas de queso.
La razón por la que funciona así es que los cheddars "más afilados" obtienen su mordisco del envejecimiento adicional, que desarrolla un sabor más rico pero hace que el queso se seque y aumente el punto de fusión.
Dicho esto, no hay reglas duras y rápidas sobre cómo usar el cheddar suave frente al fuerte. En mi casa siempre usamos queso cheddar extra fuerte porque incluso el queso todos los días debería ser una delicia gustativa. Es un poco más complicado hacer una quesadilla o derretirla en una hamburguesa con queso, ¡pero el sabor extra vale la pena!