Una vieja historia: 1991.
Mi esposa, que en ese momento solo tenía un pasaporte filipino, y yo volamos en Olympic desde Londres a Bangkok a través de Atenas. Habíamos considerado pasar deliberadamente unos días en Atenas, pero conseguirle una visa en Londres fue demasiado lento (habrían enviado la solicitud a Manila). Entonces, abandonamos la idea y reservamos una conexión directa.
Al llegar a Atenas, nos dijeron que el vuelo a Bangkok estaba sobrevendido. A los voluntarios se les ofrecieron tres días en Atenas a expensas de la aerolínea. Me ofrecí voluntario pero mencioné la nacionalidad de mi esposa. Dijeron que lo resolverían y lo hicieron muy rápidamente. Su pasaporte fue retenido en el aeropuerto y le dieron un permiso temporal.
Le preguntamos acerca de nuestro equipaje y nos llevaron a una gran área de almacenamiento y nos dijeron: busque sus maletas. No pudimos en los pocos minutos permitidos, así que tuvimos que conformarnos con nuestro equipaje de mano.
Funcionó muy bien: el viaje lateral que queríamos y a expensas de la aerolínea. Mejor aún, el día siguiente era domingo y el Partenón tenía entrada gratuita.
Ah, y envié un fax a la oficina diciendo: lo siento, podríamos hacer nuestra conexión en Atenas.