Cuando enviaba a mis hijos menores al extranjero solo, siempre les daba cartas de consentimiento notariadas. Ningún funcionario en ninguna frontera estadounidense o europea solicitó ver ninguna documentación más allá de su pasaporte.
Consideraría esta situación como la niña que viaja sola, tener un adulto "con ella" en alguna capacidad oficial complicaría la situación, y si persistiera con la carta, agregaría al padrino en "información de contacto".
También consideraría otorgar un poder notarial médico al padrino, solo en caso de una emergencia médica real o algún guardia fronterizo demasiado ansioso que interrogue a un hombre que viaja con una niña adolescente no relacionada.