Los controladores son interfaces de software entre el sistema operativo y el dispositivo. Permiten comunicación indirecta pero estandarizada. Sin él, los desarrolladores tendrían que hablar directamente con el dispositivo y escribir código para cada pieza de hardware imaginable.
Los auriculares no necesitan esa interfaz, porque no hay comunicación con el sistema operativo que requiera 'traducción'. El sistema operativo no controla los voltajes en los enchufes, sino que envía comandos de audio digital y datos a la tarjeta de sonido, lo que requiere un controlador. La tarjeta de sonido realiza su magia y transforma el flujo de bits en una señal analógica, independientemente de qué auriculares, altavoces, amplificador, grabador, espectrómetro ... esté enchufado, aunque a menudo verifican si hay un conector jack.
Los auriculares USB son una excepción, ya que no se conectan a una tarjeta de sonido, pero funcionan según el mismo principio. La mera diferencia es que esos dispositivos tienen una tarjeta de sonido integrada que se comunica con el sistema operativo, en lugar de usar una que ya está instalada en la computadora. Requieren controladores, pero dado que los auriculares son periféricos bastante genéricos, es probable que la tarjeta de sonido incorporada esté construida para una máxima compatibilidad y utilice un protocolo estandarizado para el cual son suficientes los controladores preinstalados, como es común en ratones, teclados y unidades flash.