Si observa el conector USB 3.0, o mide mejor los parámetros de interconexión, no verá mucha diferencia. En ambos casos, la impedancia diferencial, aunque diseñada para 90 ohmios, tendrá cierta discontinuidad, que dependerá incluso de cómo doble el enchufe de acoplamiento. Sin embargo, la diferencia es que la frecuencia USB 3.0 es 10 veces más alta que USB2, y eso hace que la calidad de la señal sea mucho más susceptible a todas las imperfecciones.
En resumen, un puerto USB 3.0 no se inicia debido a la dudosa calidad del cable.
Una de las partes más cuestionables del cable USB está situada en el molde del cable. Los cables USB no están diseñados para ensamblarse de manera automatizada bien controlada, requieren mano de obra manual para soldar cables divididos de cable a granel en los terminales del conector. Los cables pueden doblarse y ensancharse, las gotas de soldadura nocturnas difieren en tamaño, etc., lo que introduce una falta de homogeneidad en la línea de transmisión. Esto se suma a las deficiencias del conector. Como resultado, los patrones de bits de las señales USB 3.0 se dispersan sobre estos "golpes" y "caídas", interfieren, reflejan y hacen que la señal del ojo sea fea y apenas decodificable.
Los rastros entre el conector USB y el chip host tampoco son perfectos, y el conector soldado casi siempre es una "protuberancia" en el canal. Más, los cables más largos tienden a atenuar más las frecuencias altas, por lo que la señal pierde nitidez en los bordes y la amplitud cae. En conjunto, esto forma un "canal de comunicación con pérdida", en total similitud con la comunicación de RF. En algunos casos, las imperfecciones de impedancia en los puntos de conexión pueden formar una condición antirresonante, lo que resulta en una pérdida sustancial de la amplitud de la señal. Sin embargo, un cable más largo o más corto podría funcionar bien.
En un intento por corregir las propiedades del "canal", las señales USB 3.0 tienen un "énfasis previo" en el extremo de la transmisión y un filtro de ecualización ajustable en el extremo del receptor.
Para que el canal funcione, USB 3 emplea "entrenamiento de enlace", enviando 65536 paquetes de entrenamiento especiales. El receptor selecciona los mejores parámetros de filtro en función del nivel mínimo de error. Si el canal tiene demasiados reflejos o está demasiado atenuado, el entrenamiento fallará y el puerto USB3 se desactivará.
El otro escenario sería si se pasa el entrenamiento del enlace y el enlace cambia al modo activo "U0", el protocolo USB podría tener demasiados errores y no puede completar las transacciones. En este caso, el host intentará "restablecer" y volver a entrenar el enlace, pero los resultados probablemente serán los mismos. Después de varios intentos, el controlador host deshabilitará la parte USB3.
Una vez que falla el enlace USB3, el dispositivo USB puede (o no) activar el protocolo de conexión USB 2.0.
En resumen, es casi imposible "diagnosticar" problemas específicos de cable sin tomar medidas de calidad de señal utilizando dispositivos de prueba especiales y alcances de ancho de banda bastante alto (8-12 GHz) e instrumentos TDR, con paquetes de software especiales. La mejor manera es trabajar con los tres componentes del enlace (host-cable-device) que tienen certificación USB-IF.