NOTA: lo que quiero enfatizar en esta respuesta es que la significación estadística es una herramienta útil, pero también diferente de la verdad.
Toma un paquete de 52 cartas. Si mi cliente es inocente, es un paquete normal de cartas, 13 corazones. Si mi cliente miente, es un paquete fijo y las 52 cartas son corazones.
Robo la primera carta y es un corazón. ¡Ajá, culpable! Bueno, obviamente, el sentido común nos dice que ese no es el caso: había una probabilidad de cuatro de que esto sucediera incluso si era inocente. No tenemos significación estadística solo con mirar una tarjeta.
Entonces sacamos una segunda carta. Otro corazon Hhhmmm ... definitivamente culpable entonces! Bueno, todavía había 12 corazones en esas 51 cartas restantes, así que no es imposible. Las matemáticas (13/52 * 12/51 = 0.0588) nos dicen que esto sucede aproximadamente el 6% de las veces, incluso si es inocente. Para la mayoría de los científicos esto aún no contaría.
¡Roba una tercera carta, otro corazón! Tres consecutivos. Las posibilidades de que esto suceda son (13/52 * 12/51 * 11/50 = 0.01294), por lo que un poco más del 1% del tiempo esto puede suceder por casualidad.
En gran parte de la ciencia, el 5% se utiliza como punto de corte. Entonces, si no tiene otra evidencia que esas tres cartas, tiene un resultado estadísticamente significativo de que es culpable.
El punto importante es que cuantas más cartas se le permita mirar, mejor será su confianza en su culpa, que es otra forma de decir cuanto mayor es el significado estadístico.
NOTA: nunca tienes una prueba de su culpa a menos que se te permita mirar 14 cartas. Con un paquete normal de cartas es teóricamente posible sacar 13 corazones seguidos, pero 14 es imposible. [Aparte de los pedantes: supongamos que los números en las tarjetas no son visibles; todas las cartas son uno de los cuatro palos posibles, y eso es todo.]
NOTA: tienes prueba de su inocencia en el momento en que robas una carta que no sea un corazón. Esto se debe a que solo había dos paquetes posibles: normal o todos los corazones. La vida real es más complicada, y las matemáticas también se complican más.
Por cierto, si su cliente no es un jugador de cartas, intente Monopoly: todo el mundo saca un doble seis algunas veces; pero si alguien saca el doble seis cada vez que sospechas. Las estadísticas simplemente nos permiten poner un número exacto de lo sospechosos que deberíamos ser.