El consejo básico con respecto a los tiempos de respuesta ha sido casi el mismo durante treinta años [Miller 1968; Card y col. 1991]:
• 0.1 segundos es aproximadamente el límite para que el usuario sienta que el sistema está reaccionando instantáneamente, lo que significa que no es necesaria una retroalimentación especial, excepto para mostrar el resultado.
• 1.0 segundo es aproximadamente el límite para que el flujo de pensamiento del usuario permanezca ininterrumpido, aunque el usuario notará el retraso. Normalmente, no es necesaria una retroalimentación especial durante demoras de más de 0.1 pero menos de 1.0 segundo, pero el usuario pierde la sensación de operar directamente sobre los datos.
• 10 segundos es el límite para mantener la atención del usuario centrada en el diálogo. Para retrasos más largos, los usuarios querrán realizar otras tareas mientras esperan que la computadora termine, por lo que se les debe dar retroalimentación que indique cuándo la computadora espera que se haga. La retroalimentación durante el retraso es especialmente importante si es probable que el tiempo de respuesta sea muy variable, ya que los usuarios no sabrán qué esperar.