El juego destructivo está bien siempre y cuando esté bien destruir el objeto en cuestión. Por ejemplo, como adulto todavía disfruto el "juego destructivo" cuando tengo un viejo escritorio de IKEA del que necesito deshacerme y no puedo salir de su habitación. Tomar un mazo es terapéutico e increíblemente divertido. Y está bien, porque nadie necesita ni se preocupa por el escritorio. Con los niños es lo mismo. Si quieren hacer algo (como una torre de bloques) con el propósito de destruirlo, déjenlos. Si quieren hacer un dibujo solo para romperlo en pedazos, está bien. Disfrutaron tanto haciéndolo como aniquilándolo.
Pero es cuando el objeto tiene valor o no debe destruirse que surge el problema. Cuando Johnny está haciendo una torre de bloques con el objetivo de ver cuán alto puede llegar, causaría mucha controversia si su hermano pequeño llegara volando para jugar tornado. En este caso, la torre de bloques, el mismo objeto que fue tan divertido de diezmar cuando se permitió, ahora se ha convertido en un objeto de manos libres. Y aquí es donde se pone difícil y se vuelve dependiente de la edad.
Para los niños realmente pequeños, puedes explicarles suavemente que no deberían derribar la torre de bloques de Johnny porque es su turno de jugar con ella y no quiere que la derribes. Luego mírelos como un halcón y prepárese para intervenir en cualquier momento. Una mirada rápida y la idea de "oooo block tower ..." es suficiente para que un niño pequeño corra.
A medida que los niños crecen y comienzan a comprender tomar turnos, respetar los límites y los sentimientos de otras personas, la explicación puede tomar el control como el método principal para prevenir la destrucción no deseada. Una vez que puedan entender "No rompas ese dibujo, a mami realmente le gusta", eso probablemente será suficiente (aunque prepárate para algunos errores mientras aprenden un mejor control de los impulsos). Y si algo es realmente importante o frágil, pruébelo o póngalo en algún lugar donde el niño no pueda destruirlo.
Respuesta corta: pare el juego destructivo cuando sea inapropiado. Pero mientras no vaya a doler nada, adelante. No es una cosa fácil, fácil de cortar. Enséñeles cuándo está bien y cuándo no. Y que ante la duda, pregunte.