Las soldaduras TIG no son inherentemente más fuertes que las soldaduras MIG, suponiendo que se use un metal de aporte similar.
La principal ventaja de la soldadura TIG es que proporciona un control muy fino de la tasa de deposición de metal y corriente y, como tal, un mejor control de la cantidad de calor que ingresa al metal base. Esto se vuelve especialmente importante cuando se sueldan aceros finos de metal o de alta aleación (como los aceros al cromo-molibdeno) que son muy sensibles al sobrecalentamiento y la consiguiente distorsión y grietas en la zona afectada por el calor.
TIG también puede ser ventajoso para soldar perfiles complejos, ya que brinda la capacidad de controlar la corriente de soldadura sobre la marcha mediante un pedal. También tiende a dar una mejor visibilidad del charco de soldadura, lo que puede facilitar la evaluación de la penetración y detectar defectos durante la soldadura.
MIG también puede ser propenso a "arranques en frío", es decir, una penetración inadecuada al comienzo de una soldadura, ya que la alimentación continua de alambre hace que sea más difícil establecer inicialmente un grupo de soldadura y el relleno puede simplemente descansar en la superficie. Aunque las máquinas más sofisticadas pueden tener características para compensar esto.
En general, no hay una razón inherente por la cual una buena soldadura MIG debería ser menos fuerte que una buena soldadura TIG, sin embargo, en ciertas circunstancias, TIG hace que lograr una buena soldadura sea más fácil de manera consistente.
En términos muy generales, TIG tiende a ser preferido para:
- Soldadura de secciones finas o delicadas
- Aplicaciones donde la unión debe ser 100% hermética a gases o líquidos
- Aceros de alta aleación, acero inoxidable y aleaciones de aluminio o magnesio.
- Aplicaciones donde el espesor efectivo del material cambia durante una ejecución de soldadura.
- Aplicaciones donde el aspecto cosmético de la soldadura es importante.
También vale la pena señalar que la penetración de la soldadura tiene que ver tanto con la preparación y configuración correcta de la junta como con el proceso de soldadura utilizado, en particular asegurando el espacio de raíz correcto y el perfil de biselado (si corresponde).
Una de las ventajas de MIG es que tiende a tener una mayor productividad, ya que tiende a tener una tasa de deposición más rápida y generalmente es más conveniente para el operador, ya que es esencialmente una operación con una sola mano.