Tanto las verduras frescas como las congeladas contienen agua que se expulsa durante el proceso de cocción.
Para algunos tipos de vegetales, remojarlos en sal o agua salada ayuda a eliminar el exceso de agua (y también los pesticidas). Un ejemplo sería la ensalada de pepino. Por lo general, las personas remojan todo el pepino en agua salada o los cortan en rodajas y los rocían con sal, antes de guardarlos en el refrigerador durante la noche. O bien, puede terminar con una ensalada de pepino acuosa.
Dependiendo de qué tipo de verduras estás cocinando y cómo las cocinas, esta técnica también puede aplicarse. Puede espolvorear sal sobre las verduras o remojarlas en agua con sal durante la noche (o al menos 6-8 horas). Elimine la sal y el exceso de agua enjuagando con agua corriente antes de cocinarlos.