La respuesta a por qué diferentes jugadores tienen diferentes estilos ya está en la pregunta: porque son diferentes. Como en todos los aspectos de nuestras vidas, en un juego de ajedrez tenemos opciones, y de la misma manera que diferentes personas abordan su vida de diferentes maneras, también lo hacen los jugadores de ajedrez.
Para la mayoría de los jugadores casuales e incluso para algunos jugadores de torneos, conocer el estilo de su oponente es inútil: juegan el juego de la misma manera contra todos sus oponentes. Sin embargo, en niveles más altos, conocer el estilo del oponente puede beneficiarlo, ya que puede cambiar la naturaleza de la posición en detrimento de su oponente: por lo general, uno no quiere jugar juegos agudos y tácticos contra un jugador más joven o un jugador famoso por sus ataques habilidades, y de manera similar, uno no querría entrar en posiciones aburridas e incluso contra un jugador posicional fuerte. A este respecto, no diría que están definidos por el simple análisis, pero por el contrario, analizar los juegos de un jugador le dará una idea de su estilo (y, por lo tanto, le otorgará una ventaja).
Por lo tanto, el estilo puede caracterizarse principalmente por la preferencia personal. Conocer el estilo de uno puede ayudarlo al elegir nuevas aberturas y líneas, idealmente desearía que se adapten a su estilo. También puede ayudar durante un juego, en caso de que uno detecte que los mejores movimientos conducen a una posición que no se adapta al estilo de uno, sería deseable enturbiar las aguas (si se tiende más a juegos tácticos) o intercambiar piezas o arreglar la estructura del peón (si se tiende más hacia juegos posicionales).
Usar estas ventajas para mejorar el juego sería conocer nuestras limitaciones y debilidades, y trabajar en ellas (como lo hacen la mayoría de los mejores jugadores). Sin embargo, esta es una respuesta algo subjetiva, ya que otros jugadores simplemente elegirían ingresar variaciones tácticas cuando se enfrentan a una apertura silenciosa, o por el contrario, jugar sólidos contra aperturas salvajes. Incluso si prefiero la primera opción, la segunda es una estrategia completamente viable (como lo demuestran algunos de los mejores jugadores que tienen un repertorio extremadamente limitado que conocen en gran profundidad).
Descargo de responsabilidad: para fines ilustrativos, solo se han mencionado dos estilos anteriormente, y se ha hecho una breve comparación. Obviamente, hay muchos estilos diferentes, y esta no es una lista exhaustiva.