Todos los telescopios tienen en común que reúnen y enfocan la luz de objetos lejanos. Usan un elemento óptico primario, como un espejo cóncavo o una lente convexa (plana o bi-) (o sistema de lentes), y usan un ocular con otro sistema de lentes (para ver) o una cámara en su foco principal.
Un telescopio refractor no enfoca la imagen per se. La lente convexa concentra los rayos de luz, a diferencia de una lupa. Para enfocar la imagen ampliada en su retina, necesita un ocular, que es otro lente bi-convexo (en su forma más simple). Esto realineará los rayos de luz después de que pasen por el foco primario. Vea esta imagen para una explicación visual:
Fuente: Wikipedia
La imagen de arriba también explica por qué la imagen de un telescopio refractor aparece al revés. No necesita (o quiere) ningún prisma en este tipo de configuración.
Por otro lado, un telescopio reflector utiliza un espejo cóncavo más un ocular. Existen diferentes configuraciones, pero una de las más simples y comunes es el telescopio newtoniano:
Fuente: Wikipedia
Entonces, en lugar de la refracción de la luz por un lente, usamos el reflejo de la luz en un espejo para agrandar la imagen. El ocular se enfoca nuevamente en la retina de la misma manera que con el telescopio refractor.
La ventaja de los telescopios refractores es que no hay obstrucción en el camino óptico dentro del telescopio. Este no es el caso con los telescopios reflectores. Por lo general, tienen un espejo secundario en el medio de las rutas ópticas, lo que reduce el rendimiento de recolección de luz.
Por otro lado, los telescopios reflectores suelen ser mucho más ligeros y más baratos de montar. Además, se pueden construir modelos muy compactos de telescopios reflectores.
Además, los telescopios refractores simples producirán flecos coloridos en los bordes de los objetos, llamados abberación cromática, que se debe al vidrio utilizado en las lentes. Esto puede compensarse con múltiples lentes, pero esto hará que el refractor sea aún más pesado y costoso.