La investigación publicada en el artículo PLoS One " Enriquecimiento de boro en arcilla marciana " (Stephenson et al. 2013) sugiere un origen volcánico para el boro, en el análisis químico de un meteorito marciano (encontrado en la Antártida), explican:
Una interpretación geoquímica directa de nuestros resultados es que el boro, un elemento relativamente volátil y soluble, se concentró primero en las heces fluidas de lava (se detectaron 4-7 ppm de boro en la mesostasis de la etapa tardía de otras nakhlitas ) y luego se concentró aún más por cualquier agua subterránea o fluidos hidrotermales que entraron en contacto con la roca.
El modelado adicional publicado en el artículo " Particionamiento de elementos livofílicos ligeros durante erupciones de basalto en la Tierra y aplicación a shergottites marcianos " (Edmonds, 2014), también apunta hacia un origen volcánico. Su modelado se basa en análisis de shergottite pyroxenes (meteoritos marcianos), declarando que el boro elevado junto con otros elementos livofílicos ligeros o LLE tienen que ver con los procesos químicos del manto anteriores, extrapolados de los observados en la Tierra:
El rango en LLE y oligoelementos observados en los piroxenos de shergottita son consistentes con la mezcla y fraccionamiento concurrentes de las masas fundidas heterogéneas del manto.
Además, se sugiere un origen volcánico en el Resumen de la Conferencia Goldschmidt " Isótopos de boro en las nakhlitas: implicaciones para los fluidos corticales en Marte " (Spivak-Berndorf et al. 2008), también basado en análisis de nakhlitas:
La falta de fraccionamiento isotópico entre las fases de alteración ígneas y secundarias en las nakhlitas indica que (1) el B en el fluido que depositó la iddingsite se deriva de los minerales ígneos primarios y (2) hubo un fraccionamiento mínimo de isótopos B entre el fluido y el iddingsite