El ritmo es el resultado de movimientos sincronizados. Por lo tanto, el ritmo emerge a medida que los movimientos del cuerpo se vuelven más refinados. Cualquier oportunidad para que un niño integre la sincronización del movimiento motor con el equilibrio y las respuestas motoras apoya el desarrollo del ritmo.
Saltar sobre una pelota, balancearse en los brazos de los padres, aplaudir, balancear los brazos, pisar fuerte, golpear objetos y movimientos deslizantes, todos incorporan el movimiento de los músculos en un patrón y son una gran práctica para desarrollar el ritmo.
A medida que todo el cuerpo del niño experimenta movimientos como rebotar sobre una pelota o la rodilla de los padres, saltar en el lugar o balancearse en los brazos de los padres, se desarrolla una sensación de sincronización. Otras actividades como balancear los brazos o bufandas, aplaudir, menear la cabeza o pisotear se dirigen a grupos musculares específicos. La mayor demanda de movimiento motor incluiría la manipulación de un objeto y el movimiento refinado de los dedos y las manos.
Los movimientos lentos y deliberados proporcionan la mayor estimulación sensorial. Las ráfagas cortas de movimiento repetidas en un patrón simple 1-2-3 aumentan la conciencia de las pausas, que es una parte tan importante del ritmo. Tener un hijo para imitar un patrón simple como el modelo es un buen lugar para comenzar.
Por ejemplo, siéntese en el suelo de rodillas con una pelota de ejercicios colocada entre usted y su niño de pie. Golpea la pelota con ambos brazos en un patrón constante de 1-2-3 y luego ayuda a tu hijo a imitar el comportamiento. Después de que el niño pueda imitar independientemente su patrón, cambie el ritmo a un latido largo y 2 más cortos o alguna otra combinación. Continúe el proceso hasta que su hijo pueda hacer coincidir sus patrones consistentemente.
Comenzar con ambos brazos es importante porque el movimiento bilateral precede al movimiento unilateral en el desarrollo. Continúe estas prácticas divertidas con varios objetos que progresan movimientos bilaterales a unilaterales y luego alternan los lados derecho e izquierdo del cuerpo. El uso de objetos o instrumentos musicales puede introducirse en la misma secuencia desde movimientos bilaterales hasta movimientos asimétricos unilaterales y luego más asimétricos.
Divertirse en juegos rítmicos apropiados para el desarrollo equipará a su hijo para maximizar sus habilidades musicales.